El RB Leipzig es uno de los equipos más mediáticos de la última temporada en Europa, uno de los semifinalistas de la última Champions y tercero de la pasada campaña en la Bundesliga. Sin embargo, no es un club histórico y de larga trayectoria futbolística, sino más bien es una institución que apenas tiene una década desde su fundación (19 mayo de 2009) y que no tiene muy buena aceptación por parte de los fanáticos futboleros alemanes. ¿Cuál es la razón de este repudio?
En 2009 la empresa de bebidas energéticas Red
Bull compró la plaza (de quinta división) al Spiel-Und Sportverein Markranstadt
por 350.000 euros e instauró la sede del club en un pueblo ubicado a 13 km de
Leipzig, zona en la que no hay presencia cercana de equipos de la Bundesliga
debido su pasado de la Alemania Oriental, lo cual potenciaba el origen de una
nueva hinchada que se sintiera representada en el fútbol teutón.
En su prematura trayectoria, el RB Leipzig
fue campeón de quinta división en 2009-10, campeón de cuarta en 2012-13,
ascenso a 2. Bundesliga en 2013-14 y su afamado ascenso a la Bundesliga en
2015-16 teniendo un excelente debut finalizando segundo en dicha temporada.
Sin embargo, a pesar de su destacado
desempeño iniciando desde muy abajo, los aficionados alemanes no simpatizan con
este club por un término: la regla 50+1. Esta regla es una cláusula en las
regulaciones de la Liga de Fútbol Alemán (DFL), la cual explica que todos los
equipos de la Bundesliga (con algunas excepciones) deben ceder el 50% + 1
acción a sus socios y aficionados, de esta manera se garantiza el control por
parte de varias personas individuales y no una en específico.
En Alemania el fútbol es sagrado y muy
tradicional en la cultura de sus habitantes. Antes de 1998 los clubes
pertenecían el 100% a sus socios (personas individuales y aficionados), pero
desde esta fecha se abrió la oportunidad de mercantilizar los equipos con ánimo
de lucro. Equipos como el Bayer Leverkusen y el Wolfsburg son la excepción ya
que tanto Bayer como Volkswagen invirtieron más de 20 años a dichos clubes, con
este tiempo se les permites ser dueños de una gran parte o el total de las
acciones. Sin embargo, aún existe la tradición de repudiar las inversiones por
parte de grandes empresas que solo ven oportunidades de hacer dinero, escenario
en el que es percibido el RB Leipzig, pues, a nivel legal cumplen con la norma
del 50+1 pero con socios individuales que tienen relación directa con Red Bull
y son “elegidos” por la misma directiva del plantel, esto hace que los
aficionados teutones odien al Leipzig por burlar las reglas y tradiciones
alemanas.
Por ejemplo, desde su ascenso a segunda, el
Leipzig utiliza otro nombre y otro escudo; muchos piensan que su RB de prefijo
es por Red Bull, pero en realidad se llama Rasen Ball Leipzig; por otra parte,
su escudo fue modificado para que no estuviera presente la marca de Red Bull,
cambiando su círculo amarillo por un balón de fútbol. Todo esto se debe a que
en Alemania está prohibido que los equipos en competiciones nacionales lleven
por nombre y escudo algún tipo de identificación de primer plano relacionado
con un ente comercial.
A pesar de ser odiado por la regla 50+1 y
también comparado con PSG y Manchester City (equipos manejados por jeques), el
Leipzig tiene un carácter más formador y de cifras no tan estratosféricas. Por
ejemplo, Poulsen, Kampl, Upamecano, Joshua Kimmich (jugador del Bayern) y el ya
jugador del Chelsea Timo Werner, son casos de éxito deportivo en la institución
alemana. ¿Un equipo que capta, forma y exporta talento merece ser odiado? En el
fondo invierten en sus demás equipos de otros países (RB Salzburg, Red Bull New
York) al estilo de una cantera y de esa manera no gastan tanto dinero.
Pero ahora queremos tu opinión.
¿Es la tradición la razón por la que la
Bundesliga no da un salto más en calidad y competencia? ¿Las empresas atentan
contra el fútbol no comercial?